Retrocedamos un poco hasta los días del Carnaval de Barranquilla, en 2019. ‘Juanita La Cambambera’ era el nombre del vestido que lució la soberana de dicha fiesta, Carolina Segebre Abudinen, en la noche de Guacherna –el 22 de febrero-.
‘La Musa del Rio’ fue el vestido que lució Segebre durante la Guacherna Fluvial. Para el cierre de la temporada, durante su caracterización como la Viuda de Joselito, Segebre se puso otro diseño llamado ‘Cenizas de Opulencia’. Los disfraces del Rey Momo, Freddy Cervantes, se llamaban ‘Mochilero Pachanguero’ y ‘Versos del Carnaval’, mientras que ‘Melodía Caribe y Son’ fueron los trajes de los Reyes Infantiles, Isabella Chacón y César De la Hoz.
Todos los anteriores fueron creados por estudiantes del Programa de Diseño de Modas y Alta Costura de la Universidad Autónoma del Caribe. Es más, el vestuario para los representantes de las carnestolendas de 2018, de 2017, de 2016 y muchas otras ediciones en la cuenta regresiva también tienen sus orígenes en la unidad académica antes mencionada.
La razón de tan constante participación en la muestra folclórica es el proyecto Cultura Caribe, ‘columna vertebral’ del grupo de investigación Ecodesarrollo, perteneciente al programa referido. Este vínculo hace que Uniautónoma sea única entre las universidades que ofrecen preparación en este sentido, pues por 22 años ha aportado a tan emblemática celebración el conocimiento de sus docentes y las destrezas de sus estudiantes.
Era necesaria toda esta explicación para que entendieras el porqué es importante mencionar el tema en el aniversario número 52 de la institución, siendo un logro y un motivo más de orgullo que deja claro que esta Alma Máter está a la vanguardia en investigaciones.
Detalles importantes
De acuerdo con Astrid Mora, diseñadora textil, el proyecto Cultura Caribe siempre se ha llamado así. Una vez radicado ante la Dirección de Investigaciones y Transferencia, se le agregó Proyecto Cultura Caribe de la Moda para el Carnaval de Barranquilla, “delimitando sus actividades y los resultados dirigidos a lo que es la cultura y la tradición de la festividad”, dice la docente.
La iniciativa fue creada por la directora del programa en mención en párrafos anteriores, en aquel entonces, Emilia Velásquez, hoy decana de la Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño. “Fue una propuesta a Carnaval S.A. el desarrollar un vestuario central para la reina y el primero fue La Marimonda para María Alicia Gerlein, para el Viernes de Reina”, agrega Mora.
Mora, siendo también administradora de empresas, recuerda que el proceso empezaba desde septiembre u octubre, tal y como sucede en la actualidad. “Se abría una convocatoria entre los estudiantes del programa, se tenía en cuenta su promedio y si era destacado. En los últimos años también se ha pedido que pertenezca a semilleros de investigación. Así fue que empezamos, formando un solo grupo, pues se trataba de crear un solo vestido”, añade la también magíster en Mercadeo.
En lo concerniente con los inicios de esta función, Velásquez, decana de dicha facultad, aclara que no fue solamente ella la de la idea de proponer este aporte. “En realidad, fue durante una reunión con el equipo de docentes que empezamos a discernir sobre los proyectos que podríamos llevar a cabo al servicio de la cultura Caribe, por nuestro contexto, por lo que somos. De allí viene el nombre del proyecto. Fue así que decidimos que queríamos vincularnos al Carnaval”, informa la líder académica.
Según Velásquez, fue un trabajo que se hizo en una semana y “a la reina de ese entonces le encantó el resultado. Fue allí cuando empezó lo del Viernes de Reina y ella misma nos pidió que quería una marimonda de fantasía, algo majestuoso pero teniendo en cuenta que era para ir a bailar a las fiestas de barrio. La experiencia nos fascinó y allí empezó toda la investigación, convirtiéndose en un programa bandera para nosotros”, encima Velásquez.
Mora, por su parte, dice que el orden de participación en el evento anual empezó con el diseño del atuendo para tal ocasión, como ya lo había afirmado Velásquez. “Luego continuamos con el de la Guacherna y otro vestido para la Lectura del Bando. En 2002 también hicimos el de la Viuda de Joselito. En 2011 nos vinculamos con el del Rey Momo hasta ahora. Por último, los Reyes Infantiles”, sostiene.
El proceso en sí
Hoy en día, conforme Mora, se hace una convocatoria y se distribuyen las tareas para el diseño y la elaboración de diferentes trajes a diversos grupos, ya que no solo vestiremos a la reina sino también a otros personajes, como la representante del Carnaval de la 44, lo que ya se ha visto en las presentaciones y entregas de ese vestuario”, puntualiza la entrevistada.
“Entre las condiciones de los diseños está el que estén bien fundamentado para destacar las tradiciones y expresiones culturales de ese ícono, baile folclórico o danza, siempre resaltando un personaje o una tradición”, especifica Mora.
En cuanto a los presupuestos, se procura un trabajo de alta calidad, con las mejores técnicas, con acabados de alta moda, con detalles artesanales, en los que participan comunidades de artesanos, los profesores, los catedráticos, estudiantes y el grupo de investigación. Es un trabajo mancomunado que empieza desde septiembre y sigue, porque después de la fiesta se continúa con el registro de toda esa memoria del documento.
Para los estudiantes que han hecho parte del proyecto, haber trabajado en él también significa haber adelantado su tesis y esa es otra razón porque se debe continuar durante los meses subsiguientes con la fundamentación de sus creaciones y así terminan en junio. En otras palabras “son dos semestres que duramos trabajando en la creación y en el portafolio, en el constructo teórico y creativo”, complementa Mora.
“Algunas reinas han querido apoyar este proyecto y aportan materiales, piedras y plumas. Generalmente, las reinas traen algunas ideas de la temática o alguna canción que quieren destacar y este año fue ‘Volvió Juanita’ de Esthercita Forero”, agrega Mora, profesora de tiempo completo.
Respecto a los vestidos más recordados, Mora revela que “hay muchos que son especiales para nosotros. Uno de ellos es el de ‘María Moñito’, que lució Giselle Lacouture. Otro fue el de ‘La Loca’, usado por Marcela García, en 2016”, especifica.
Los beneficios
Aurora Moya, diseñadora textil y de modas –también docente del programa precursor de esta tarea creativa-, cree que para los estudiantes es importante la experiencia de vida, “el aporte, lo que uno les transmita a través de todo el proceso; el hecho de haber participado en una convocatoria. Todo es un proceso que marca mucho, además del aporte al Carnaval de Barranquilla”, opina.
Referente al beneficio que representa esta iniciativa para la universidad, Mora trae a colación la proyección social, “pues este proyecto ubica a Uniautónoma en una posición alta y la misma institución ha reconocido la buena imagen que proyecta. Los medios de comunicación más importantes –a nivel local, regional y nacional- hacen el cubrimiento y no solo en el lanzamiento o en la entrega del vestuario sino también en el desarrollo del evento. Se hace la divulgación de quiénes fueron los creadores y la universidad sale a mostrar la imagen positiva del colectivo académico que ha participado”, asegura Mora.
Moya también piensa que esta asignación representa una oportunidad de empezar en un ámbito de la moda que apasiona a muchos y es que “hay estudiantes que ingresan ya teniendo como objetivo participar, algunos ya tienen clara la inclinación a ser diseñadores de fantasía y esta experiencia los catapulta. El impacto profesional que hace en ellos es importante y así se han desarrollado en esta dirección”, asevera.
Mora, por otra parte, destaca que el proyecto Cultura caribe “es un factor que nos diferencia de muchos programas de diseño de modas, por inculcar un producto diferenciador que marca lo nuestro, el trabajo artesanal de nuestra región y el trabajar de forma co-creativa con comunidades de artesanos. Hemos tenido la experiencia de estudiantes del interior que han venido a estudiar aquí después de conocer el contenido, la forma como se fundamentan los proyectos de diseño y se trabajan en diferentes áreas”, dice.
Al respecto, Velásquez agrega que “fuimos los primeros en ofrecer diseño de modas a nivel profesional, los pioneros y los únicos acreditados en el Caribe colombiano. El objetivo especial tiene muchas connotaciones, entre ellas la visibilidad institucional, pero hay otras intenciones de peso académico y es que nuestros estudiantes se apropien de su génesis cultural, porque el vestuario te cuenta una historia y en él se refleja muchísimos acontecimientos y es más importante para nosotros lograr que nuestra historia no se desdibuje”, termina Velásquez.