La biblioteca ‘Benjamín Sarta’ fue inaugurada, a los pocos meses de fundada la Universidad Autónoma del Caribe por el rector Mario Ceballos Araujo, con el ánimo de despertar en los estudiantes el deseo de expandir su conocimiento y dar una mayor trascendencia a sus investigaciones.
A través de la adquisición de los primeros libros, que fueron donados por los primeros docentes y por los fundadores de la institución, se dio el inicio a la hemeroteca. Para el año de 1970 ya contaba con más de mil libros.
Con el pasar del tiempo, la compra de títulos iba aumentando, de la mano con el crecimiento y las demandas de la Universidad. A pesar de su gran aceptación, fue hasta 1992 que recibió el nombre de ‘Benjamín Sarta’, como un homenaje de la institución a uno de sus fundadores.
Al llegar a los 30 años – año1997 -, la institución contaba con más de 10.000 volúmenes, en su mayoría adquiridos por sugerencia de Decanos, directores de programas y docentes de las diferentes facultades.
“A la fecha tenemos más de 32.000 títulos para más de 56.000 ejemplares, incluyendo trabajos audiovisuales, revistas, trabajos de grado, todo lo que sea físico”, cuenta Patricia Celemín, Coordinadora Administrativa de la Biblioteca.
Además de los espacios de lectura, se pueden hallar distintas actividades, que buscan fomentar en los estudiantes y docentes el hábito de la lectura.
“En nuestras clases pasa mucho que los profesores nos mandan a hacer trabajos fuera del aula, donde tenemos que interpretar datos y redactar y en la biblioteca uno encuentra lugares que permiten entrar en un ambiente de análisis y estudio y poder realizar las actividades como uno espera”, expresa Inés María Bula Bernal, estudiante de octavo semestre del programa de Comunicación Social y Periodismo.
A través del paso del tiempo, se ha visto el crecimiento, por parte de los estudiantes, en la utilización y participación de los espacios que la biblioteca ofrece a la comunidad, según lo señala Celemín.
Entre los ejemplares más consultados se encuentran los libros de reserva, que son los textos guía de los docentes. Entre las facultades, la que más hace uso de los insumos es la de Ingeniería.
En cuanto a las actividades, cada mes se realiza, “junto con el departamento de humanidades, un espacio llamado ‘Cafés Filosóficos y Literarios’ donde se debaten temas de interés común”, comenta la Directora.
Por su parte el docente de programa de Comunicación Social y Periodismo, Leslie Smith, lidera un espacio dinámico llamado ‘Mono 100’, junto con los estudiantes de los cursos de Taller de Literatura y Apreciación Literaria.
“Es una iniciativa que permite el encuentro con la literatura. Buscamos que el proceso de lectura en los estudiantes no sea para una nota, si no que sea un proceso más libre, más espontáneo, más del ser”, explica el docente.
En este espacio, denominado Mono 100 por el conocido efecto del centésimo mono, también cuenta con la participación de invitados reconocidos en el área de las letras.
Como primer producto, los participantes del grupo donaron a la biblioteca la recuperación y digitalización del libro Cosme de José Félix Fuenmayor.
De la misma forma, la hemeroteca también brida el espacio del Club de Lectura, liderado por el docente Jaime de la Hoz, del programa de Comunicación Social y Periodismo, donde, de manera semanal, se reúnen para debatir los aspectos lingüísticos y literarios de cada una de las obras.
“Este semestre retomaremos el club y esperamos que muchos de los estudiantes pueden asistir. La primera convocatoria fue para estudiantes de primero a cuarto semestre, con la idea de que ellos pudieran continuar dos o tres semestres más pero ya esto cambia, ahora la convocatoria va ser de manera distinta y estamos tratando de precisar algunos detalles”, expresa De la Hoz.
En cuanto a lo que viene para el futuro, la biblioteca ha reconocido la importancia que ha adquirido la tecnología en los jóvenes, por lo tanto, se han adecuado unas bases de datos electrónicos en español, a la mano de todos los estudiantes y docentes.
A través del paso del tiempo, se ha visto el crecimiento, por parte de los estudiantes, en la utilización y participación de los espacios que la biblioteca ofrece a la comunidad, según lo señala Celemín.
Entre los ejemplares más consultados se encuentran los libros de reserva, que son los textos guía de los docentes. Entre las facultades, la que más hace uso de los insumos es la de Ingeniería.
En cuanto a las actividades, cada mes se realiza, “junto con el departamento de humanidades, un espacio llamado ‘Cafés Filosóficos y Literarios’ donde se debaten temas de interés común”, comenta la Directora.
Por su parte el docente de programa de Comunicación Social y Periodismo, Leslie Smith, lidera un espacio dinámico llamado ‘Mono 100’, junto con los estudiantes de los cursos de Taller de Literatura y Apreciación Literaria.
“Es una iniciativa que permite el encuentro con la literatura. Buscamos que el proceso de lectura en los estudiantes no sea para una nota, si no que sea un proceso más libre, más espontáneo, más del ser”, explica el docente.
En este espacio, denominado Mono 100 por el conocido efecto del centésimo mono, también cuenta con la participación de invitados reconocidos en el área de las letras.
Como primer producto, los participantes del grupo donaron a la biblioteca la recuperación y digitalización del libro Cosme de José Félix Fuenmayor.
De la misma forma, la hemeroteca también brida el espacio del Club de Lectura, liderado por el docente Jaime de la Hoz, del programa de Comunicación Social y Periodismo, donde, de manera semanal, se reúnen para debatir los aspectos lingüísticos y literarios de cada una de las obras.
“Este semestre retomaremos el club y esperamos que muchos de los estudiantes pueden asistir. La primera convocatoria fue para estudiantes de primero a cuarto semestre, con la idea de que ellos pudieran continuar dos o tres semestres más pero ya esto cambia, ahora la convocatoria va ser de manera distinta y estamos tratando de precisar algunos detalles”, expresa De la Hoz.
En cuanto a lo que viene para el futuro, la biblioteca ha reconocido la importancia que ha adquirido la tecnología en los jóvenes, por lo tanto, se han adecuado unas bases de datos de datos electrónicos en español, a la mano de todos los estudiantes y docentes.